Una habitación oscura con una cocina pequeña, un dormitorio aún más oscuro, un diminuto cuarto de baño de baldosas blancas y negras, y un armario con el techo de yeso lleno de protuberancias (...) Era un piso lúgubre en un edificio destartalado y lleno de desconchones y grietas, y si yo hubiera sido diferente, si hubiera tenido un poco más de mundo o hubiera leído un poco menos, la pintura verde ácido y las vistas a dos paredes sucias de ladrillo en el sofocante calor del verano me habrían desinflado a mí y a mis ambiciones (...)
Siri Hustvedt: Recuerdos del futuro.
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