(Fragmentos del diario de Irene
Valcázar, “encontrado” por Ana Villasante en la habitación de Alejandro
Montejano).
En
el hospital las paredes son grises. Las luces son blancas. Las losetas del
suelo son de mármol blanco y gris. El mundo se percibe en blanco y negro y su
gama de tonalidades. Esta mañana me miré al espejo y sentí cómo las cuencas de
mis pechos se habían vaciado. Me asomé al oscuro pozo negro que había dejado el
olvido de su carne y me eché a temblar. Alejandro dice que los primeros días de
la quimio son los peores. (...)
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