Aún tenía el tricornio guardado. Se lo enseñó a Cecilia, su mujer. Lo estuvo destapando poco a poco, quitando los papeles con cuidado... Y a ver si hay derecho -decía la mujer- y todo porque nos cogió la guerra en zona roja. Como si nosotros tuviéramos la culpa.
Y sin embargo, si recordamos la época de los campos de concentración, esto es como un bienestar. Concha Alós: La madama.
Fragmento con las tachaduras de la censura.
Citado por Lucía Montejo Gurruchaga: Discurso de autora: género y censura en la narrativa española de posguerra.
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