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Cuando me miro

Cuando me sorprendes, imagen, al mirarme, sin avisar al tiempo, no me reconozco en ti, y me escondo desnuda detrás del desconcierto d...

domingo, 8 de diciembre de 2019

Marina Perezagua

Tenía dieciséis años


Tenía dieciséis años y dos meses cuando el juez, tras leer el acta del jurado que me declaraba culpable, me precisó que tenía derecho a elegir mi método de ejecución, si bien el procedimiento estándar en Texas era la inyección letal. De este modo, y delante de toda una sala llena de gente, pasó a detallarme el modo exacto en que tenía derecho a morir: el tiopental sódico me haría perder el conocimiento, el bromuro de pancuronio me paralizaría el diafragma; a partir de ahí ya no podría respirar, aunque seguiría viva hasta que el cloruro de potasio acabara por pararme el corazón. Tenía, insisto, dieciséis años. La ley establecía que por ciertos crímenes los adolescentes debíamos ser tratados como adultos. Dieciséis años. No me cansaré de esa cifra, a veces me da miedo, y a veces me da una especie de paz (...)

Marina Perezagua: Seis formas de morir en Texas.

La ceguera

"Me pregunto si te arrepentiste, aunque fuera por un instante, de haberme donado tus córneas. ya sabes que te lo he preguntado en algunas de tus visitas, pero nunca me has dado una respuesta, tan solo has bajado la cabeza como en un largo y lento parpadeo, un parpadeo que aún ignora lo absurdo de su función: no tiene ojo que lubricar. también me pregunto cómo te sentiste tras despertar de la anestesia y saber que en cambio ya nunca despertarías a la luz. En lo que a mí respecta, nuna te he contado lo que sentí justo después del trasplante. Cuando vienes a visitarme es siempre por poco tiempo y la vigilancia de los guardias no ayuda a la ya de por sí difícil labor de hablarte sobre sensaciones agradables. Esta es una de las satisfacciones que me quitó el intreso en prisión: la posibilidad de counicar vivencias hermosas, pues aquí todo está ideado para que nuestros días sean míseros, una se acostumbra a esa negrura y acaba por pensar que el recrear momentos felices puede ser tomado -y seguramente así es- como un acto de subversión, con su consiguiente castigo. (...)"

Marina Perezagua: Seis formas de morir en Texas.

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