En los escritos de Beckmann sobre el arte, feminidad es sinónimo de superficial. Entonces, ¿por qué dar consejos a una pintora? Beckmann no es precisamente un artista feminista. En sus cuadros, el hombre y la mujer, Adán y Eva, son polos a menudo enfrentados en una lucha.
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Creo que el magistral cuadro Máscara de carnaval tiene el rostro de Beckmann o, más bien, el rostro de ese ser interior que se funde con el mundo visible y se ve dentro/fuera. Tal vez pintaba a la mujer que había en él. Irónicamente, ella aparece más segura e impenetrable que él en su último autorretrato fiel de ese mismo año (...)
La serie Mujeres de De Kooning provocó un gran revuelo en la galería de Sidney Janis en 1953. Clement Greenberg se refirió a esos cuadros como "disecciones salvajes". Otro crítico los consideró "un salvaje drama sadomasoquista de la pintura como una clase de coito" (...)
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