Constancia de la Mora Maura se vistió de blanco aquella mañana para casarse en el ayuntamiento de Alcalá de Henares. Tan sólo llevaba un sencillo traje de chaqueta entallado y una pamela de ala ancha que resaltaba sus ojos oscuros, su melenita corta. Cuando llegaron al juzgado, Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí ya estaban esperándoles. Serían sus testigos. Los cuatro amigos se sentaron frente al estrado de la sala del Ayuntamiento donde un funcionario de la República oficiaría la boda.
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